Escribe: Caminante pensador
Comienza el día. El sol se oculta atrás de la manta gris que la ciudad de Lima nos da en estos días de invierno. Antes estas circunstancias, los Pieles Rojas se proponen una nueva excursión, con objetivo el poblado de Linday, ubicado en el Km. 66 de la carretera central.
El Amauta logró que se reunieran los caminantes Youssef, Rafo y Cabral. Los cuáles, fueron acompañados por el trujillano Kodi. Estos intrépidos, llegaron al Terminal de buses, donde tomaron rumbo hasta el Portal Songos, lugar donde comenzaba la caminata hasta su glorioso destino.
En la subida, se encontraron con hermanos caminantes: trabajadores y jóvenes que han tomado la ardua tarea de expandir el escultismo como una manera de vida. Después de un saludo con la mano izquierda, siguieron su camino hasta llegar a una serie de cataratas conocidos como Toboganes. Compuesto por trece de estas, de las cuales, lograron atravesar cinco para retomar el camino al pueblo de Linday. En este trayecto, el agua helada era lo único que tranquilizaba el dolor en las extremidades, aunque hacía que el cuerpo perdiera la sensibilidad por completo.
Con algunos heridos, el camino por la montaña fue el último personaje que aniquilo las fuerzas de los Pieles Rojas, para terminar en el poblado de Linday. Este poblado, es un paraíso. Solo se escucha el canto de los pájaros y, a la hora que se encontraban, solo el silencio rondaba por las 10 casas que formaban el poblado. En este lugar, fue donde recuperaron energías para el regreso.
En la carretera, un transporte público los llevó hasta Chosica, donde disfrutaron de una vianda con contexto cumbero y chicharroneras. En todo caso, esta caminata dio nuevos horizontes, que este escritor, espera muy pronto.
El Amauta logró que se reunieran los caminantes Youssef, Rafo y Cabral. Los cuáles, fueron acompañados por el trujillano Kodi. Estos intrépidos, llegaron al Terminal de buses, donde tomaron rumbo hasta el Portal Songos, lugar donde comenzaba la caminata hasta su glorioso destino.
En la subida, se encontraron con hermanos caminantes: trabajadores y jóvenes que han tomado la ardua tarea de expandir el escultismo como una manera de vida. Después de un saludo con la mano izquierda, siguieron su camino hasta llegar a una serie de cataratas conocidos como Toboganes. Compuesto por trece de estas, de las cuales, lograron atravesar cinco para retomar el camino al pueblo de Linday. En este trayecto, el agua helada era lo único que tranquilizaba el dolor en las extremidades, aunque hacía que el cuerpo perdiera la sensibilidad por completo.
Con algunos heridos, el camino por la montaña fue el último personaje que aniquilo las fuerzas de los Pieles Rojas, para terminar en el poblado de Linday. Este poblado, es un paraíso. Solo se escucha el canto de los pájaros y, a la hora que se encontraban, solo el silencio rondaba por las 10 casas que formaban el poblado. En este lugar, fue donde recuperaron energías para el regreso.
En la carretera, un transporte público los llevó hasta Chosica, donde disfrutaron de una vianda con contexto cumbero y chicharroneras. En todo caso, esta caminata dio nuevos horizontes, que este escritor, espera muy pronto.
2 comentarios:
tmr!!! oe me la perdi
totalmente... bueno ojala la proxima vez pueda ir... chicos tal vez no todos lo sepan y les cuento ps: mi abuelita estaba mal y le cortaron la pierna, el miercoles pasado le quitaron los puntos y la tenia q cargar ps... ademas de acompañarla en estos momentos... se puso muy feliz d q haya ido y ahorita ya esta tranquila y yo estoy en paz conmigo mismo... bueno me despido.
bien caminantes
el valor es lo ultimo q se pierde
la vida es como un ave q busca ser dirigida.
tradicion
ASTAL
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