Campamento, Semana santa 2008

Escribe:
Ernesto Cabral (Caminante pensador)
Guardián de leyendas, Pieles Rojas
Se inició la semana santa, se inició el peregrinaje de Jesús hacia la resurrección, se inició una nueva etapa para el grupo scout Lima1; se inicia desde esta semana la ardua vida de tres muchachos que buscarán, junto a un compañero que ya había iniciado la carrera, la búsqueda de uno mismo, de la realización de cada uno, para así llegar todos juntos al proyecto que les presentó Jesús, por medio del siempre recordado Robert Stephenson Smyth Baden-Powell.

Tratando de hacer la diferencia entre los demás, realizaron un campamento sin vicios ni lujurias; solamente en contacto con la naturaleza, para así, que los tres integrantes de los Pieles Rojas: Rafael, Alberto y Ernesto, consigan su pase a la rama de caminantes, logrando juntarse con su compañero piel roja Youssef, a fin de ir como hermanos scout por el sendero propuesto.

El jueves comenzó el campamento con la compra de los implementos que necesitarán en sus próximas rutas. Luego de guardarlas, se pusieron manos a la obra con el memorable mueble scout, nido de miles de termitas e insectos que tanto aman. Al final de la obra, quedo impregnado en este el esfuerzo de los cuatro, y las ganas de seguir adelante en su sendero.
Como buenos católicos, fueron a la Eucaristía, para manifestar su fe, y no –como muchos piensan- para solamente ganarse el cielo y una confesión menos.

Siguiendo lo que han aprendido en cuatro años de escultismo, partieron en el carro de el “beduino” para su casa; donde prepararon la comida rápidamente, bajo la amable y considerada amenaza de su Amauta. Lograron salir rápido hacía el colegio, sin que rompiera algo el más cuidadoso del equipo, para darse con la sorpresa que un reloj mal ajustado los hizo creer que estaban tarde, cuando en realidad habían llegado a la hora.

Por fin, la hora había llegado, el ritual tan esperado se les hacía presente a los ahora caminantes, dándoles un nuevo enfoque de la vida, y una nueva misión que cumplir. Siguiendo la luz por sus oídos, llegaron a pasar por la gran encrucijada que se les presentaba; dándose finalmente con una memorable despedida de sus compañeros troperos, que los recordaran y tomaran como ejemplo. Quizás un poco emotiva, simbólica y para enorgullecerse, se dio por cumplida la despedida, entre cantos y gritos, se fueron a seguir su sendero como nuevas personas, con nuevos nombres; pero sobretodo, como una hermandad.
Promesa frnete a sus hermanos de la tropa La despedida de Tropa. El gringo entregando la mochila de ruta
Los pieles rojas, Primer equipo de caminantes Lima1 acompañados de su amauta El GrIngo
Buena caza y largas lunas.

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